Hola mi nombré es Israel y estoy muy emocionado de poderles hablar un poco de mi, de cómo Dios me llamó a servirle.
Nací, crecí y me eduque en una familia completamente católica, cumplí con todas las tradiciones: bautizo, primera comunión y confirmación, en navidad rezábamos y todos los domingos acudía a misa, se podría decir que era una buena persona ante la sociedad.
A pesar de todo esto, jamás sentí una verdadera comunión con Dios, sólo lo conocía por las historias que escuchaba los domingos que se leían en la misa, pero personalmente no.
Cuando yo tenía 9 años y mi hermana 5 años, mis Papás se divorciaron porque las cosas ya no iban bien entre ellos, para mi fue un momento muy difícil ya que pasé de tener una familia completa a sólo tener Mamá y aunque mi papá nos veía casi todos los días yo sentía que no era lo mismo.
En la secundaria fui el típico chavo que no sobresale por calificaciones sino por su mal comportamiento, era normal que en las entregas de calificaciones le dieran quejas a mi mamá de que no hacía tareas o que me la pasaba hablando en el salón, aún así pude salir de la secundaria y empezar mi camino hacia la preparatoria.
Gracias a Dios y a que mi mamá me insistía de que estudiara pasé el examen de la preparatoria que yo quería o más bien la escogí porque a esa irían mis amigos, la preparatoria estuvo llena de malas decisiones entre no entregar tareas hasta no ir a presentar exámenes de segunda oportunidad.
Durante 2ndo semestre de preparatoria nos reencontramos con mis padrinos de bautizo y la sorpresa para mí era que ellos eran cristianos y nos hicieron la invitación a visitar la iglesia en la cual ellos se
congregaban así que primero empezó a ir mi mamá ya que mi hermana y yo no podíamos ir porque
los domingos era de ir con mi papá todo el día.
Un domingo le dije a mi papa que yo no iría con él porque me habían invitado a ir a una iglesia, cuando llegue a la iglesia para mi fue algo totalmente diferente, para empezar los jóvenes y niños tenían una enseñanza diferente a la de los adultos y me gustó mucho así que decidí seguir yendo los siguientes domingos.
Y después de un año de estar yendo intermitentemente a la iglesia decidí convertirme en un seguidor de Jesús y empezar a acudir todos los domingos a la iglesia, pero ahora el problema que enfrentaría sería la aceptación de mi familia en especial de mi papá ya que él estaba muy enojado conmigo por la decisión de cambiarme de religión, aunque yo sólo lo que había hecho era aceptar a Jesús y dejar mi vida en sus manos.
Al pasar de los años, mi papá y casi toda mi familia han aceptado el cambio que hubo en mi vida y hoy en día hasta me han pedido que ore en ocaciones especiales, por lo cual sé que Dios ha trabajado en ellos estos años, aunque sigo teniendo la carga de seguirles hablando de Jesús y esperando el tiempo a que ellos quieran ir a sus pies.
Mi presente es ayudando activamente en mi iglesia local, Príncipe de Paz, en Compañerismo Estudiantil con la célula en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y en algunos otros proyectos que Dios me ha permitido apoyar, junto a personas que me han ayudado a seguir creciendo en la Palabra de Dios.
Un saludo y de todo corazón Dios los Bendiga!
Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí. (Gálatas 2:19, 20 DHH)
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