miércoles, 24 de junio de 2015

¡¿Me equivoqué de carrera?! - 5 consejos para saber si decidiste lo mejor para ti - Por Belem Pardo

Graduarse es una de las experiencias más lindas, ya sea de kínder, secundaria o lo que sea, siempre es emocionante el comienzo de una nueva etapa como estudiante. Pero quizá el fin de la preparatoria es el momento más estresante de todo estudiante.

Decisiones es la palabra clave en esta etapa. Siempre dicen que el comienzo de la vida universitaria está lleno de decisiones y éstas tendrán un gran impacto en todo tu futuro. Me encantaría decirte que no es verdad, pero la finalización de la preparatoria para comenzar tu carrera universitaria es probablemente una de las más grandes decisiones de tu vida.

Da un poco de miedo admítelo

Recuerdo perfectamente lo difícil que fue esta etapa para mí, decidirme por una carrera fue extremadamente complicado, como mencioné en mi publicación anterior cuando les conté acerca de mi vida – Spoiler Alert – pasé semanas estresantes de discusiones internas, pero al final todo eso valió la pena. Superar esta experiencia me ha permitido ayudar a otros con sus dilemas y ahora, en esta época del año en que son más frecuentes me gustaría poder ayudarte a ti.

Quizá ya hayas elegido una carrera o quizá llevas unos cuantos semestres en ella y aun no te sientes seguro del todo, o tal vez simplemente quieres reconfirmar que tu carrera es la correcta. Así que aquí tenemos 5 razones por las cuales las personas suelen equivocarse de carrera profesional:

1. Mis papás piensan que es lo mejor para mi…

Los padres son de las personas que tienen más influencia en nosotros y seamos sinceros, muchas de sus “opiniones” son más una orden que consejo. Eso no quiere decir que no les importes, ¡ellos en verdad quieren lo mejor para ti! Y quizá son las personas que mejor te conocen, pero esta decisión no depende de lo que tus papás crean, depende de ti. Ellos no van a ir a la facultad a tomar tus clases y a presentar tus exámenes, ¡tú lo vas a hacer! No debes sentirte presionado o empujado en tu elección.

En este punto también entra el llamado “negocio familiar”  o “mi papá ya me tiene un trabajo” y no digo que está mal cuando te gusta y lo disfrutas, pero si tu motivación es solamente la idea de que ya tienes trabajo seguro y un puesto esperándote, quizá debas reconsiderar.

Vamos, ve y crece.  No tiene nada de malo hacer algo diferente a lo que tus padres quieren, si es lo que realmente te apasiona, ¡adelante!

2. Dicen que se gana mucho dinero… 

Lo he escuchado tantas veces y he visto a tantas personas insatisfechas con lo que hacen porque esta fue su motivación. Si este es una de las tuyas quizá puedas pensar que el dinero que ganes te va hacer feliz no importa lo que sea que hagas, pero la realidad es otra muy diferente.

Imagina pasar de 5 a 8 horas de tu día haciendo eso que te es completamente indiferente, eso que simplemente es un medio para tener el dinero que necesitas para “ser feliz” Probablemente serás muy feliz fuera de tu trabajo gastando tu dinero, pero ¿cuánto va durar eso? Los 2 días de descanso quizás – eso si eres privilegiado – pero ¿qué hay de los 5 días restantes?

Tal vez tu caso es que la carrera que te gusta se dice que no es muy bien pagada y por eso decidiste cambiar. Para ti te tengo una buena noticia, si realmente te apasiona tu carrera te aseguro que serás bueno y por lo tanto el dinero no será un problema. Hoy en día conseguir un empleo puede ser muy complicado, pero todos los lugares buscan lo mismo, personas que amen lo que hacen y que sean dedicadas.

No se trata del dinero. Cuando haces algo que disfrutas eso es lo de menos 

3. No es realmente como esperaba…

Comenzaste viendo unos capítulos de esa serie que te encanta, en la que el protagonista es un médico inteligente que resuelve misterios médicos o esa película en la que el personaje principal es un prestigioso abogado que defiende ante la corte a su cliente inocente acusado de un crimen; probablemente fue inspirador y pensaste que ese era el trabajo de tus sueños, pero quizá no te has puesto a reflexionar si realmente la carrera que has elegido es como piensas.

Entender y tener información acerca de la carrera es indispensable a la hora de elegir, saber cosas simples como los lugares en los que podrías trabajar o el tipo de materias que son parte del plan de estudios pueden ayudarte a decidir; otro de las formas en las que puedes saber la realidad de la profesión es preguntando a personas que trabajen en eso que quieres hacer, ellos pueden darte una idea más clara de cómo es el campo, sus ventajas pero sobre todo sus desventajas, así estarás completamente seguro si estás dispuesto a lidiar con eso también.

¡No estaba esperando esto! Es difícil darte cuenta que eso que querías no es realmente como pensabas, pero a la larga es mucho mejor saberlo. 

4. No estoy muy seguro de que quiero hacer después…

Pasaron los años, ya te graduaste y haz conseguido un trabajo que te agrada, pero hay un problema, al graduarte tu querías tomar unos cursos en el extranjero y vivir un tiempo allá o quizá pensabas más en un trabajo que te diera tiempo de estudiar otra carrera, o tal vez querías dedicar a tu familia por lo menos dos días a la semana y por desgracia en tu trabajo no tienes oportunidades de viajar al extranjero o las jornadas son de 6 días a la semana y te es imposible poder estudiar algo más.

Quizá te sientas muy joven para pensar en eso o pienses que no es necesario, pero reflexionar en el estilo de vida que te hará feliz puede ayudarte a visualizarte dentro de unos años, tal vez pasar horas de tu vida en una oficina ya no te parezca muy atractivo, o la posibilidad de privarte de algunas cosas que querías hacer después de graduarte ya no te agrada del todo. Recuerda que estarás haciendo esto una buena parte de tu vida y si tu trabajo no coincide con tus otros planes será muy difícil realizarlos después.

¡Oh! ¡Amo este trabajo! Si amas tu trabajo no tendrás que trabajar nunca más

5. Esta es solamente mi decisión…

Definitivamente lo es, al final de cuentas tu eres el que vas a inscribirte y asistir, pero a veces la duda es demasiado grande que es difícil estar completamente seguro, sinceramente a mí me pasó. Era mi decisión y ya había decidido, pero algo no me tenía tranquila y me di cuenta que no tenía que tomar esta decisión por mí misma y que había alguien que lo podía hacer mejor que yo.

Pablo le dice a los seguidores de Jesús en la ciudad de Filipos: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
Si, quizá sea tu decisión, pero no porque sea tuya significa que tengas que hacerlo solo, Pablo dice que “en toda ocasión” podemos acercarnos a Dios, pedirle de su ayuda y su paz nos hará sentir seguros. En muchas ocasiones el tomar decisiones sin sentirnos seguros nos puede llevar a una fuerte ansiedad, pero no dudes, Dios está ahí para ayudarte, Él no tiene por qué quedarse fuera de esta decisión tan importante, al contrario, El esta tan interesado como tú en esto.

Soy realmente mala tomando decisiones. Todos llegamos a pensarlo, pero darte cuenta que no estás solo en esto es reconfortante.

La vida universitaria es de las mejores experiencias que tendrás, ¡la recordaras siempre! Y precisamente por eso son importantes las decisiones que tomemos ahí, la elección de tu carrera es apenas la primera pero habrá muchas más y quizá aún mucho más importantes.

Quizá en este momento estás enfocado en esta decisión, pero también es vital pensar en cómo vas a usar esa profesión para servir a Dios, uno de nuestros mejores ejemplos es Pablo, él tenía un oficio y éste le ayudaba para enseñar y compartir el mensaje de Jesús a dondequiera que iba; la visión de su profesión era anunciar a Cristo en donde fuera que él estuviese (ver Hechos 18: 1-4)

Hay mucho que decidir al momento de elegir tu profesión universitaria, pero,  ¿has pensado en la forma a través de la cual tu carrera puede ser útil para compartir de Jesús? Si tú has decidido seguir al Señor, recuerda que anunciarle es ahora parte central de tu vida; no por obligación o tradición, sino porque has descubierto que Él es bueno y se interesa siempre por hacer el bien y la justicia.

Lo sé, pensaste que sería más sencillo 

Entender que tomar esta decisión sin ser empujado, sin que el dinero sea un impedimento, conociendo todo lo relacionado a la carrera,  visualizándote  en un futuro tal vez muy lejano y tomando en cuenta que no tienes por qué decidir solo, pueden ayudarte a hacer más sencilla tu elección, pero aun así probablemente es difícil no estar preocupado al respecto, después de todo, ¡se trata de una buena parte de tu vida! Durante el tiempo que Jesús enseño, Él se dio cuenta que las personas – incluso sus discípulos – se preocupaban demasiado y que su confianza estaba más en lo que tenían que en Dios:

“Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan. Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.” 

A veces olvidamos que hay alguien aun mayor que cuida de nosotros, y pensamos que Él no está interesado en decisiones tan insignificantes. Dios nos pide tres cosas muy simples, reconocerlo como el único, hacer lo que nos pide y sobre todo, tener confianza. Si nos encargamos de esto, nada nos va a faltar.

Estudiantes, descansen en el control que Dios tiene sobre todo y todos, decidan estando conscientes de que Él quiere ser parte de esto tanto como ustedes  y  no se preocupen porque Dios está ahí cuidando de ustedes.

miércoles, 17 de junio de 2015

Creo en Dios

Creo en Dios
“Creo en Dios”: ésta es la afirmación primera del Credo de los Apóstoles, el cuál fue creado a finales del siglo II, como respuesta a las distintas ideas que habían alrededor del cristianismo para decir, como cristianos, que no pensaban igual que los gnósticos, creyendo que el cuerpo y el mundo físico no valen nada; que no vivían igual que los filósofos griegos, hablando principalmente del platonismo, descuidando el medio ambiente; que no participaban de las conductas inmorales que el imperio romano solía realizar, entre otras tantas ideas; refutando así todos estos pensamientos contrarios a lo que Dios muestra en su Palabra, y también contrario a lo que enseñó Jesús.  Hoy en día, en muchas de nuestras iglesias, seguimos afirmando lo que este Credo proclama, y, quizá, lo más importante de todo este credo, se resume en esa primera afirmación de creer en Dios.

Pero, ¿qué significa creer en Dios?
Considero que es obvio, pero de todas maneras aclaro que, lo que comente en este escrito no engloba todo lo que tiene que ver con el creer en Dios, mucho menos quiero encerrar a Dios, ni al creyente, en los puntos que comentaré, y que fuera de lo que yo digo las cosas están mal, para nada quisiera ocasionar algo así. Pero debido a ciertas situaciones que se me han presentado de un tiempo para acá, es que quiero decir, en tres puntos, lo que para mí es creer en Dios.

Nuestra humanidad vuelve a su estado original.
El creer en Dios, y creer en lo que Él ha hecho al intervenir en la historia del mundo, es decir, todas sus obras de salvación, ya sea que pensemos en la salida del pueblo de Israel de Egipto, la llegada del pueblo de Israel a la tierra prometida, la liberación de Jerusalén de la opresión Babilónica, pero principalmente  la venida de Cristo al mundo y el don del Espíritu Santo, nos muestran a un Dios que, teniendo Él la iniciativa, se interesa por la restauración del ser humano. Dios ha querido devolverle al ser humano su humanidad, ya que todo lo que ha hecho el pecado, desde un inicio,  ha sido deshumanizarnos por completo. Ahora bien, no toda persona “humanista” es cristiana, pero los seguidores de Jesús no podemos ser menos que alguien “humanista”, es decir, ver por las demás personas que, al igual que nosotros, llegaron a perder su humanidad al pecar, y podamos mostrar el amor de Dios hacia ellos, así como servirles en todo cuanto podamos. Al ser restaurados por Dios, podemos vivir una vida nueva, no siendo ángeles, ni ningún otro tipo de ser celestial, sino siendo seres humanos; podemos disfrutar de la vida en libertad, disfrutar de lo que Dios ha creado para el placer y el goce del ser humano sin querer ver siempre el lado malo de las cosas, aunque claro, siempre teniendo templanza y diligencia de qué sí está bien y qué no; no es lo mismo una vida en libertad que una vida libertina. Y por último, si bien nuestra humanidad aquí en la tierra no se vive de manera plena, tenemos la esperanza de que en Cristo, quien es cabeza de una Nueva Humanidad, al volver por segunda vez, restaurara todas las cosas y hará todo de nuevo, y las hará incorruptibles; será entonces que podremos vivir una vida plena, por lo pronto podemos darnos una pequeña idea de lo que Dios piensa hacer con la vida del ser humano, gracias a que conocemos la vida de Cristo. Por lo tanto, el creer en Dios se refleja en nuestra vida cuando podemos disfrutar de una buena amistad, cuando podemos disfrutar una comunión sincera con Dios, cuando podemos andar en las calles sin miedo a que alguien nos vaya a hacer daño, cuando podemos dar un abrazo a alguien de manera inocente, cuando buscamos hacer cosas que dignifiquen la vida de las personas, como pagar lo justo por el trabajo de alguien que incluso trabaja más de ocho horas diarias, entre otras cosas que dan muestra de una humanidad restaurada por Dios.  

No se trata de nosotros, sino de Dios.
Quizá parecerá un poco contradictorio decir que aquí el más importante es Dios, cuando en el punto pasado se mencionaba la restauración del ser humano como muestra del creer en Dios; pero no, no es nada contradictorio. Y no es contradictorio porque la restauración del ser humano es parte de la buena voluntad de Dios, y, como ya mencioné antes, es Dios quien da el primer paso para que esto suceda. Justamente de esto trata también el creer: la buena voluntad de Dios. Quien cree verdaderamente, busca hacer la voluntad de Dios; lamentablemente mucho se dice que “todo lo que pasa es voluntad de Dios”, pero esto es una vil mentira; es por eso que al orar el Padre Nuestro, Jesús dijo: “Hágase tu voluntad en la Tierra, así como se hace en el Cielo”, porque al ver a nuestro alrededor, y ver tanta corrupción, tantas mentiras, violaciones, niños que son usados como objetos y que incluso se venden sus órganos, guerras, familias destrozadas, entre tantas cosas más, podemos darnos cuenta que en realidad la voluntad de Dios no está sucediendo, por eso es que Jesús oraba de esa manera. Ahora bien, el ser humano fue creado para estar relacionado con Dios, por lo tanto es Dios el propósito, o el fin, en la vida, no sólo del ser humano, sino de la creación entera; fuimos creados para estar con Dios, para hablar con Él, para cantarle a Él, para servirle a Él, para amarle a Él, y así mismo a todo cuanto Él ha hecho, pues el servicio y el amor a la creación toda es parte de la alabanza, el servicio y el amor a Dios. Se trata de Dios simple y sencillamente por todo cuanto Él es, y por cuanto Él es, ha hecho mucho por nosotros sin nosotros si quiera merecerlo. El creer en Dios nos debe hacer doblar nuestras rodillas, día a día, en señal de sumisión y adoración, y poder decir “Señor, has con mi vida lo que te parezca mejor, mi vida es toda tuya”; y el buscar esa buena voluntad de Dios y someternos a Él, no debe ser algo que nos “saque” de este mundo, como si fuese una droga que nos hace evitar la realidad, sino más bien introducirnos en el mundo en el que vivimos, y, ahí donde nos ha llamado Dios, cumplir con los dos más grandes mandamientos: Ama al Señor con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Y ama a tu prójimo como a ti mismo.

Creer es vivir lo que se cree.
Mucho podríamos escribir, mucho podríamos hablar, proponer, pensar, creer; pero si todo esto se queda ahí, en un simple pensamiento, en una simple meditación, pues entonces no nos sirve de nada. Si no vivimos todo lo que creemos, jamás será creíble nuestra supuesta creencia, pero sobre todo la pregunta sería ¿en verdad creemos?, si es así ¿entonces por qué se queda en meras palabras? ¿Por qué no lo vivimos? Queridos amigos y amigas, Dios se toma las cosas en serio, nada de esto es un juego, o nos comprometemos por completo, o mejor no nos comprometamos. Dios dijo así a la iglesia de Laodicea: “Estoy enterado de todo lo que haces, y sé que no me obedeces del todo, sino sólo un poco. ¡Sería mejor que me obedecieras completamente, o que de plano no me obedecieras! Pero como sólo me obedeces un poco, te rechazaré por completo.” Apocalipsis 3:15, 16.

Mi invitación es a que participemos de la vida de Cristo, animémonos unos a otros a seguir firmes en la obediencia a Dios, a servir y amar al prójimo y a la creación entera, a entregarnos por completo a Dios. Si verdaderamente creemos, tenemos que vivir todo eso en lo que hemos creído, pues si una persona nos dice que el día de mañana sale a primera hora de viaje y ni siquiera ha hecho sus maletas, ¿podríamos creer lo que nos dice? Eso es sólo un ejemplo muy sencillo, así que vuelvo a decirlo, ¡vivamos lo que creemos! No sirve de nada creer sin vivir lo creído.
A los que dicen que son fieles a Dios, pero no hacen lo bueno, yo les podría decir: «Tú dices que eres fiel a Dios, y yo hago lo que es bueno. Demuéstrame que es posible ser fiel a Dios sin tener que hacer lo bueno, y yo te demostraré que soy fiel a Dios por medio del bien que hago. Tú crees que existe un solo Dios. ¡Muy bien! Pero hasta los demonios creen en él y tiemblan de miedo.” Santiago 2:18-19.
Por último me despido con otra invitación y es que, como muchos sabemos, la lectura no es un hábito que se tenga en nuestro país, México, así que los invito a que podamos dedicar por lo menos 30 minutos diarios a la lectura de cualquier tema que sea de nuestro interés, pero principalmente, que podamos leer la Biblia a diario, y mi recomendación es hacerlo de pasta a pasta. Y si ya la han leído completa una vez, pues vuélvanlo a hacer, si se puede en otra versión distinta a la que ya leyeron pues es más enriquecedor; esto me lo sugirió un amigo y tengo rato ya practicándolo, y en verdad ha sido grandioso.


“¡Que el Señor te bendiga y te proteja! ¡Que el Señor te mire con benevolencia y tenga misericordia de ti! ¡Que el Señor te mire favorablemente
y te colme de paz!” Números 6:24-26

                                                                                            
               -Manuel Sáenz

miércoles, 10 de junio de 2015

¿Qué le preguntarías a un hombre que vive para servir a Jesús y a la gente? - Entrevista a un misionero - por Israel Pérez

Hola amigos, el día de hoy les comparto esta entrevista que realicé.

Primero les diré porque quise hacerla, mi meta es que los jóvenes pudieran conocer más a una persona que ha entregado su vida a la obra del Señor, las preguntas aquí realizadas fueron hechas por jóvenes.

El misionero a quien le realicé la entrevista, hace alrededor de 3 años que le conozco y pensé en entrevistarlo a él ya que pienso que es una persona que ha dedicado su vida al servicio del Señor y yo he podido aprender mucho a través de él.

Acerca de él

Amil Martínez...
-Conoce a Jesus como su Salvador a los 15 años.
-Musico egresado de la Escuela de Música Juan Aberle, El Salvador.
-Casado, 28 años
-Tiene 3 hijos (Karelyn, Bryan y Kevin)

Ministerio:
-Pastor egresado del Colegio Bautísta de Teología de El Salvador.
-Líder de Jóvenes, Iglesia Bíblica Bautista en El Salvador - 1987-1990
-Líder de Jóvenes Iglesia Bautista Resurrección en Miami, Florida, USA - 1991-1997
-Líder de la Escuela Dominical, Tabernáculo Bíblico Bautísta en El Salvador - 1999-2002
-Pastor del Tabernáculo Bíblico Bautísta en la ciudad de Cojutepeque, El Salvador - 2002-2009
-Misionero en el Norte de Africa - 2009-2013
-Actualmente Director de Fronteras, México.

Entrevista

1.- ¿Cómo fue su llamado a servir de esta manera?
R=  "El llamado" es un proceso y cada creyente lo tiene, pero hay que ser susceptibles a la voz del Espíritu Santo cuando te llama a hacer algo mas grande.

2.- ¿Por qué aceptó este "llamado" de ser misionero?
R= Primero, por gratitud; segundo, es un deber de todo cristiano; tercero, por amor y tener compasión por aquellos que no conocen de Jesús.

3.- Cuando llegó, ¿tenía dónde vivir?
R= No; cuando somos llamados a ir, lo hacemos por obediencia, sin saber y sin tener donde vivir.

4.- ¿Qué fue lo más difícil para seguir "el llamado"?
R= Lo más difícil para poder seguir el llamado a la misión es llevar conmigo a mi familia; cuando mis hijos aún estaban pequeños, había poco temor e incertidumbre.

5.- ¿Tuvo algún problema antes de irse?
R= El problema fue con el liderazgo de nuestra iglesia, no me apoyarían y no me enviarían, pero aún así obedecí al Señor, recordando estas palabras: "es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres".

6.- ¿Qué fue lo que más le costó dejar cuando se fue de misionero?
R= Fue el momento en el cual tuve que despedirme de mis padres sabiendo que yo podría estar expuesto a la muerte o que ellos no estuvieran cuando yo volviera.

7.- ¿Cuál era su estrategia para evangelizar?
R= Depende del contexto, si son lugares inhóspitos o difíciles, el Evangelio es a través de una relación de amistad.

8.- ¿Cómo se sentía al salir a evangelizar?
R= Para realizar esta tarea de la evangelización tienes que estar convencido de que lo que compartes es un regalo para aquellos que no lo tienen, y estar conscientes de que somos los embajadores de Jesús en esta tierra.

9.- ¿Cuál fue una experiencia impactante que llegó a tener durante su vida?
R= La experiencia más impactante en mi vida, fue en un país del medio oriente, en dónde pude ver multitudes de personas sin esperanza de Jesucristo.

10.- ¿Cuál pasaje Bíblico le ha ayudado a superar dificultades o crisis?
R= Uno de mis pasajes, que me han ayudado desde mis primeros pasos en este camino, ha sido Isaías 41:10 
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia".

11.- ¿En algún momento se quiso rendir?, ¿cómo se mantuvo firme?
R= Nunca he pensado en rendirme, pero sí, muchas veces viene el cansancio y el desánimo, pero siempre el Señor ha estado a mi lado para ayudarme.

12.- ¿Qué sería lo más duro que estaría dispuesto a pasar por llevar "el Mensaje"?
R= Lo más duro sería renunciar a nuestra comodidad, y a uno mismo para ubicarse en otra cultura donde se comienza "de cero".

13.- ¿Cómo lo ha usado Dios en la vida de otros?
R= Para poder impactar en la vida de otros, lo más importante es vivir lo que crees y ser diferente como verdadero hijo de Dios.

Bueno amigos aquí termina esta pequeña entrevista, espero les sea de mucha bendición como lo fue para mi; cuando estaba haciéndola, aprendí mucho, y espero que a ustedes les sea de mucha bendición, espero que puedan y quieran compartirla con sus amigos y con sus familiares.

Gracias y Saludos.

"Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí."

-Gálatas 2:19-20 Traducción Dios Habla Hoy

martes, 2 de junio de 2015

Hablemos de juzgar y criticar... - Daniel Ruiz




Hemos escuchado que juzgar y criticar es malo desde niños y aún así lo hacemos todos los días y en cualquier situación en la que estamos. Pareciera que hacerlo es lo más natural y normal para los seres humanos; ¡tan pronto conocemos a una persona ya estamos imaginando, observando, preguntando hasta lo que no nos importa para poder tener una opinión!

Es por esto que quisiera dejar algo en claro; una cosa es formarse una opinión y otra cosa es criticar de forma negativa. No es lo mismo llegar a la conclusión de que el chavo que acaba de entrar al salón "es de dinero" porque usa ropa de "marca" y llegó en un carro nuevo, que decidir automáticamente que "te cae mal" porque es un "fresa" chiflado y ni siquiera vale la pena hablarle o acercarte. Insisto, tener una opinión no es lo mismo que insultar.

Ahora bien, Jesús es bastante claro al respecto. Él nos dice:

"¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama. ¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en tu ojo tienes una rama? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro." (Mateo 7:3-5)

¡Qué ejemplo tan claro! Hasta parece un chiste, una ironía para demostrar una situación tan torpe. Nuestro Señor nos cuestiona diciendo: ¿Cómo te atreves a decirle al otro? Después nos describe como hipócritas y finalmente nos dice exactamente que tenemos que hacer.

Al trasladar este pequeño ejemplo de Cristo a nuestras vidas, podemos pensar en otras personas, como los medios de comunicación, que reclaman honestidad de los políticos, cuando ellos mismos son deshonestos para ayudar a otros candidatos a "verse mejor" usando trucos y sobornos. Sin embargo, eso está muy "chafo", es demasiado mediocre; lo importante es vernos a nosotros mismos.

¡Cuánto disfrutan los "cristianos" en Monterrey burlarse de Jesús Adrián Romero! ¡Qué divertido era para muchos decir que las canciones de Marcos Witt eran conjuros al diablo! ¡Cómo les encanta a algunos decir que tal música o tal película es de satán! Y al señor Cash Luna, ¿cuántas veces no hemos hablado mal de sus enseñanzas, de su "iglesia" y de su persona en general?

Amigos, vamos a ver la vara que hay en nuestro ojo, antes de intentar limpiar el ojo de los demás. ¿Cómo se atreven hipócritas? dice Jesús. Por favor, no piensen que estoy defendiendo a estos personajes, no crean que les estoy justificando; ¡estoy diciendo que nosotros no somos los jueces! Al contrario, ¡Nosotros también somos culpables!

Les invito a poner atención, a mirar con cuidado, les aseguro que en cualquiera de los lugares en donde nos congregamos, le llamen templo, iglesia, misión, estaca, parroquia, etc. vamos a encontrar cosas, ¡muchas cosas!, que no van de acuerdo con la persona de Cristo. Sea en acciones, sea en palabras o sea en pensamientos y actitudes, todas las personas se equivocan, ¡somos humanos imperfectos!

Seamos inteligentes, seamos honestos, siempre vamos a encontrar que algunas cosas que se dicen en las enseñanzas no van de acuerdo con las Escrituras; encontraremos enfoques y propósitos que no concuerdan con Jesús, encontramos ideas que no son compatibles con Dios. Por ejemplo: ¿cuántas iglesias están obsesionadas con verse bonitas? Que todo esté pintado, limpio, ordenado, nuevo, en su lugar a tal grado que empezamos a descuidar lo que de verdad importa, ¡Cristo! ¿Cuántas congregaciones están obsesionadas con llenar el edificio? Que aún todo lo que se dice tiene que ser "calmadito y quedito" para que nadie se sienta confrontado por Jesús. ¿Cuántas organizaciones no están obsesionadas con la enseñanza Bíblica y el conocimiento de Dios? Que se han olvidado de amarle y de servir al prójimo, a su pueblo, ¡a su sangre!

El único perfecto en la tierra, fue Jesucristo, no nosotros. Y si crees que tú no te equivocas o que la organización con la que simpatizas no tiene error, entonces te invito a pedirle al Espíritu Santo que te ayude a ser sincero contigo mismo.

Si aquí nos quedamos, todo esto sería bastante triste, pero no, así no debe ser; es por eso que quiero proponerles algunas cositas, unos consejos para que podamos mejorar y combatir esta situación.

1.- Debemos evitar ser juiciosos e insultar.

Cuando juzgamos, nos ponemos en una posición que no nos corresponde. Jacobo nos dice:

"Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces. Solo Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?"

Debemos evitar ponernos en esa situación, porque el juicio le pertenece sólo a Dios. Si alguien tiene derecho a juzgar, es Jesús, y aún así vemos que Él siempre prefiere perdonar antes que condenar. (Ver Juan 8:1-11)

2.- Si ya estás juzgando, ten misericordia.

Tal vez es demasiado tarde, tal vez te obligaron, tal vez es necesario (si claro). Ahora que estás juzgando, asegúrate de ser misericordioso, ¡Cristo siempre lo hizo así!
Cuando Nicodemo, un hombre político y religioso se acercó, Jesús le recibió sin juzgarle, le contestó todas sus preguntas y encima, lo hizo de forma clara, para que él pudiera entender. (Ver Juan 3:1-21)

3.- Si ya estás juzgando, asegúrate de ser positivo y proponer soluciones con inteligencia.

Cuando insultamos, lo normal es que hagamos que alguien se sienta mal o que nos ignore, por el contrario, podemos ser positivos y dar consejos o sugerir cambios que puedan resultar en una mejora. Cristo no insultaba ni se burlaba de las costumbres y las tradiciones religiosas de los judiós; no les decía que era al diablo a quien estaban adorando, al contrario, les enseñó de manera clara, cómo podían volver al camino de Dios. (Ver Mateo 5:21-48)