martes, 30 de agosto de 2016

Tres poemas acerca de tu sobrinito, tu primito, mi hermanita

El niño y el pobre

Te vi y no me di cuenta, querido,
Te acercaste pidiéndome un peso, dolido,
Y yo te dije que no, no quise,
No quise darte ni un peso, ¿¡qué hice!?

¿Para qué te busco en una iglesia?
¡Si te tengo en frente cada día!
¿Por qué no te abracé y te cargué?
¡Ni siquiera un taco te pagué!

¡Perdóname, amigo amado!
¡Cada día soy tan malvado!
¡Ayúdame, maestro querido!
¡A seguir tu camino andado!



Lo que piensa el profesor

Sentado entre ellos,
No es fácil entenderlos;
También tienen sentimientos,
No importa que sean pequeños.

Me dijo el maestro claramente,
Que fuera como ellos, un infante,
Confían sin dudar, plenamente,
Corazón puro, mente feliz e inocente.

Es difícil no menospreciarlos,
Son dependientes y débiles.
Muchas veces parecen dementes,
Con sus risas y gritos estridentes.

¿Así nos miras, buen Señor?
¿Te desesperas y se te acaba tu amor?
¿Te enoja que sigamos teniendo temor?
Sin duda, ¡en ti nunca hay error!
¡Porque soy sólo un niñito, un menor!



Lo que siente el profesor

¿Se darán cuenta de cuánto los quiero?
¿De cómo se me derrite el corazón al verles?
¡Ojalá no lo descubran pronto, eso espero!
Para que no me manipulen mis escuincles.

Ellos nunca dejan de sorprenderme,
Cada día tienen algo nuevo por decir,
De la risa, creo que quieren matarme,
Mentes geniales, ¿de dónde pudieron salir?

¿Verán, sus papás, lo valiosos que son?
¿O es que yo paso menos tiempo con ellos?
Espero que los animen y abracen un montón,
Espero amen y tengan tiempo para sus hijos.

En sus manitas tienen el futuro,
Con sus pies forjarán el porvenir,
Tendrán que trabajar muy duro,
Decidirán, de nuestra historia, el devenir.






miércoles, 6 de julio de 2016

Ceguera religiosa - La perspectiva de una chica de 18 años.

¿Alguna vez te has sentido condenado a la tortura eterna o al infierno por una persona religiosa?


Hoy en día es muy común escuchar este tipo de afirmación; tan común que tal vez ya ha perdido su significado original. Las personas religiosas han olvidado que Jesús enseñó acerca de condenación... y perdón.

Este tipo de personas suelen juzgar a otros frecuentemente y ponerse así en una posición de supuestos santos, aunque no lo sean. Todos cometemos errores, es por esto que nuestro trabajo no es juzgar a los demás. Las enseñanzas de Jesús fueron bastante claras, y él enseñó a sus seguidores a perdonar, no a juzgar.

Jesús dijo:

"No juzguen a los demás, y no serán juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra. Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados." 

Si continuamos leyendo esa parte del texto, el Maestro incluso compara a la persona que juzga a otros con una persona ciega que guía a otro ciego. En otro pasaje, él dice: 

"No juzguen a los demás, y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes." 

Lamentablemente, quienes suelen juzgar a otros, también suelen rechazar, apartarse, o despreciar a ciertos grupos de personas, porque los consideran "pecadores". Bueno, aquí viene algo interesante. En una ocasión, Jesús iba caminando mientras vio a un cobrador de impuestos (en ese tiempo y lugar, eran completamente odiados y rechazados por ser traidores a su país y a su gente). El hombre se llamaba Mateo, y Jesús lo invitó a formar parte de su grupo más cercano de seguidores. Poco tiempo después, Jesús estaba comiendo con su nuevo amigo, en su casa, y entre el resto de los invitados había gente que también era rechazada por tener mala fama; otros cobradores, prostitutas y demás.
Mientras comían, un grupo de religiosos llegaron a preguntarle por qué se sentaba y comía con ese tipo de gente, Jesús contestó:

"Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores". 

¡Vaya golpe para aquellos religiosos!



Hemos visto que Jesús enseñó a sus seguidores que no juzgaran y que perdonaran, a través de sus palabras, pero, ¿qué hay de sus acciones y de su comportamiento? Todos sabemos que sin acción, nuestras palabras no valen nada; así que, veamos a Jesús actuar. En otra ocasión, un grupo de hombres religiosos muy importantes vino con Jesús y lanzaron al suelo frente a él a una mujer que había sido sorprendida mientras tenía relaciones sexuales con un hombre que no era su esposo (un pecado grave en la tradición judía), y le preguntaron si debían matarla a pedradas en ese mismo instante, justo como su ley dictaba. Entonces, Jesús contestó:

"¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!". 

Obviamente, después de estas palabras, todos los que la acusaban se fueron; nadie es santo. Jesús y la mujer se quedaron solos, 

"Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer: 
—¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? 
—Ni uno, Señor —dijo ella. 
—Yo tampoco —le dijo Jesús—. 
Vete y no peques más." 

¡Vaya sorpresa! Jesús, teniendo todo el derecho de declararla culpable, porque lo era, ¡no lo hizo!, al contrario, la perdonó y la dejó irse.

Podemos ver claramente la diferencia entre las afirmaciones religiosas de condenación al infierno, y las enseñanzas y acciones de Jesús. Parece que hoy, los religiosos se han olvidado de lo que la vida y obra de Jesús enseñó acerca de la condenación y el perdón. Podemos ver que no sólo nos enseña a no juzgar a los demás, sino a perdonarlos. Él mismo se sentó a comer con los pecadores, en vez
de condenarlos al castigo eterno. Él perdonó a la mujer adúltera y confrontó a los religiosos que la condenaban e intentaban matarla.



Ahora bien, si Jesús, siendo Dios y teniendo todo el poder, autoridad y capacidad para juzgar de manera justa y correcta, perdona y  muestra mucha misericordia para todos, con gusto, ¿por qué los religiosos juzgan sin misericordia y condenan a quienes ellos consideran pecadores? ¿No deberíamos seguir las enseñanzas y el ejemplo de vida de Jesús?

Sí, si nos decimos sus seguidores; creyentes, ¡sin duda debemos hacerlo!

Aprendí a orar con... ¡¿Juanes?! - Reflexiones acerca de la canción "A Dios le Pido"


Que mis ojos se despierten
Con la luz de tu mirada
Yo, a Dios le pido
Que mi madre no se muera
Y que mi padre me recuerde
A Dios le pido
Que te quedes a mi lado
Y que más nunca te me vayas, mi vida
A Dios le pido
Que mi alma no descanse
Cuando de amarte se trate, mi cielo
A Dios le pido

Por los días que me quedan
Y las noches que aún no llegan
Yo, a Dios le pido
Por los hijos de mis hijos
Y los hijos de tus hijos
A Dios le pido
Que mi pueblo no derrame tanta sangre
Y se levante mi gente,
A Dios le pido
Que mi alma no descanse
Cuando de amarte se trate, mi cielo
A Dios le pido

Un segundo más de vida para darte
Y mi corazón entero entregarte
Un segundo más de vida para darte
Y a tu lado para siempre yo quedarme
Un segundo más de vida yo a Dios le pido

Que si me muero sea de amor
Y si me enamoro sea de vos
Y quede tu voz sea este corazón
Todos los días a Dios le pido
Y que si me muero sea de amor
Y si me enamoro sea de vos
Y que de tu voz sea este corazón
Todos los días a Dios le pido
Yo, A Dios le pido

Jesús siempre le dio mucha importancia a la oración; sabemos que Él tenía por costumbre orar cada mañana (ver Marcos 1:35-39), sabemos también que Él enseñó al pueblo a orar mientras hablaba en el monte (ver Mateo 6:5-14), también sabemos que enseñó a sus discípulos a orar (ver Lucas 11:1-13), y encima, fue una de las cosas que hizo durante sus últimas horas antes de ser crucificado (ver Mateo 26:36-46). Sin embargo, la oración se ha convertido en un tema místico y misterioso.



Crecer rodeado de cristianos no hace las cosas más sencillas; todo aprendemos por imitación. Es por esto que muchos de nosotros no tenemos idea de qué es la oración, ni cómo se hace. Por eso, es una agradable sorpresa ver que tenemos varios puntos claves en esta canción.

1.- La oración es cotidiana.

No se trata de algo que hacemos cada navidad, o cada que entramos a una iglesia; se trata de algo que hacemos constantemente. No como parte de una rutina, sino como un ingrediente esencial de nuestro día a día. Para muchos, sobre todo dentro de las iglesias, la oración es un evento especial; una ceremonia en la cual los poderes sobrenaturales y las fuerzas invisibles trabajan y se mueven; lamentablemente, nunca vemos a Jesús orar de esta forma.



Al contrario, lo vemos orando de una manera en la que pareciera que está hablando con un amigo, con un pariente muy cercano con el cual tiene mucha confianza. Y hablando de la confianza...

2.- La oración es en confianza.

Cada vez que oras te das una oportunidad de quitarte todas tus mascaras, dejar de fingir, y ser enteramente honesto contigo y con Dios. Nada de lo que puedas decirle le hará amarte menos, nada es secreto para él y está totalmente disponible y atento para escuchar cada palabra, sentir cada sentimiento, compartir cada emoción, limpiar cada lágrima, y reír una fuerte carcajada.



Es triste ver que vamos por la vida aparentando ser algo que no somos, aparentando estar bien, sentirse bien, tener todo bajo control. En la oración, nada de eso es necesario; es un espacio de completa libertad. Di justo lo que piensas, expresa todo lo que sientes, reclamos, enojos, quejas, hay espacio para todo.

3.- La oración se trata de ti... y de los demás.

Aunque usted no lo crea... a Dios sí le interesas. Dios no tiene nada en contra de que pidas algo para ti mismo. Este es un tema que a muchos asusta, se sienten egoístas, ególatras y narcisistas simplemente por hablar de ellos mismos en la oración. Esto es un malentendido. Tú y yo somos simples mortales, hay muchas cosas que no podemos hacer, muchas cosas que no entendemos; necesitamos ayuda. Pedirle a Dios que nos de comida para sobrevivir no es egoísta, es sincero, y hasta humilde, pues reconocemos que dependemos de él.



Además, entendemos también que otros necesitan ayuda, así como nosotros la necesitamos. Nuestros padres, nuestros amigos, nuestros hijos, nuestra pareja, todos necesitamos que Dios nos ayude. Una oración sincera contempla nuestras necesidades y las de los demás.

4.- La oración lleva a la acción.

Es terrible ver que la gente ora y nada hace; así no funcionan las cosas. Pedimos fuerza para trabajar y salir adelante; y después nos levantamos a trabajar y salir adelante. Pedimos un segundo más de vida para amar; y después nos levantamos y amamos el resto del tiempo que nos quede. Pedimos por alimentos para nosotros y los pobres; y después nos levantamos y alimentamos a los pobres. 



Una oración verdadera y honesta siempre va acompañada de acción. Una oración que no pone nuestras manos a la obra era una de palabras infladas y mentirosas.

5.- La oración es mucho más que sólo palabras.

Palabras grandes, largas, infladas, y domingueras. Nadie sabe de verdad lo que significan, pero todos las dicen cada vez que oran; terribles repeticiones sin sentido. ¡Las mentiras son asquerosas! ¿No te fastidia cuando un amigo te viene a intentar convencer con un discurso cansado, repetido, y ensayado que ni él mismo se cree? ¡Es lo mismo con la oración!



Señor esto, Señor el otro, Señor te pido, Señor, Señor, Señor. ¡Nadie habla así! A Dios no le impresionan las palabras complicadas, de hecho, le molestan. Él prefiere una conversación sencilla y verdadera, incluso, una lagrima honesta, una crisis nerviosa sin disfraz; la verdad y sólo la verdad.

6.- La oración es mucho más que una costumbre, o peor, una obligación.

"No comas antes de orar" ¡Bah! Nos venimos a parecer a los religiosos judíos que regañaban a Jesús y sus discípulos por comer sin lavarse las manos antes. La oración no es un deber en la lista de "como ser santo". Al contrario, cuando esta se vuelve una costumbre o una obligación, lo más probable es que pierda todo su valor y su honestidad.



Así como te fastidian las conversaciones por formalidad, así es fastidioso orar por compromiso. Te invito a que ores sin compromiso, sin obligación, sin formalidades, sin procedimientos; simplemente platica. Verás que una conversación honesta es mucho más valiosa.

miércoles, 29 de junio de 2016

3 poemas por mi Oaxaca, mi país, mi gente.

¿Quién puede?


Ojalá la lluvia pudiera
Mojar y arrastrar nuestra indiferencia

Ojalá el calor del sol pudiera
Secar y marchitar nuestra mentira

Ojalá el viento pudiera
Soplar y llevarse nuestras excusas

Ojalá un huracán pudiera
Despedazar y destruir nuestra maldad

Pero no, no pueden.

Un corazón nuevo puede
Enfrentar con valor la indiferencia

Una mente nueva puede
Sacar a la luz la mentira

Unas manos renovadas pueden
Cargar y echar fuera las excusas

Jesús en ti y en mí puede
Destrozar y deshacer nuestra maldad.

Él sí, sí puede.


Prohibido el paso, sólo personal autorizado


Te miramos a través del cristal
Del cristal de la televisión

Te escuchamos a través del rumor
Del rumor de la radio

Te leemos a través de la tinta
De la tinta en el periódico

Pero, ¿quién te conoce, madre patria?

Te conoce mi hermanita,
Que no puede pagar sus libros

Te conoce mi mamita,
Que no le alcanza el dinero en el mercado

Te conoce mi abuelito,
Que con su pensión, no puede vivir.

¿Ves, acaso, tu situación, tierra nuestra?

¿Hasta cuándo soportarás
a los que te lastiman?

¿Hasta dónde permitirás 
que te exploten?

¿Hasta qué punto
aguantarás la muerte de tu pueblo?

¡Alza la cabeza! Tu gente despierta.




Ven, ardamos juntos


Ayer vi la esperanza asomarse

Yendo en el autobús hacia la escuela;

Olía a comida de la calle, sabrosa,

Tenía un parecido a la abeja, que

Zumbando, parece desaparecer en su vaivén;

Inocente trabajadora que busca néctar.

No sonaba mal, ni molestaba a nadie,

Al contrario, era como una cumbia

Para el pueblo, no para los pretenciosos;

Aunque muchos de esos disfruten en secreto,

Viendo, oyendo, saboreando, y hasta sintiendo

Intensamente, la agridulce realidad popular.

Van de un lado al otro fingiendo.

Este es un secreto a voces: ¡Hay esperanza!



jueves, 19 de mayo de 2016

Los cristianos y la política; la perspectiva de una chica de 18 años.

El instrumento de control


Religiones y sectas gobiernan el planeta
Si abres los ojos te castiga Dios
Pero existe el perdón en alguna sucursal
Cualquier duda y te van a excomulgar

Y se subió al camión 
A vender la palabra de Dios
Los presentes pongan mucha atención 
Por tres pesos les separo un lugar 
Porque en el cielo también saben bailar



¿Qué papel juega la religión dentro de la política? 

¿Será la religión una decisión libre de cada persona? Aquella que los individuos deciden seguir o no seguir sin intervención en la política de un país, o ¿podrá ser de alguna forma un instrumento con el cual el estado controla a los ciudadanos? o incluso ¿una forma de distracción?  

Algunos términos que se verán en este escrito son los siguientes: religión que hace referencia a “conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto”. Alienación que significa “Limitación o condicionamiento de la personalidad, impuestos al individuo o a la colectividad por factores externos sociales, económicos o culturales”. Estado, haciendo referencia a “conjunto de los poderes y órganos de gobierno de un país soberano”. Y finalmente, política “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados”. (Española, 2014).

Dos de las posturas filosóficas que se tratarán serán las de Karl Marx y Hegel. Karl Marx “…fue un filósofo, intelectual y militante comunista. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno y del marxismo”. (Economía Nivel Usuario , 2013). Georg Hegel fue un filósofo alemán que “contribuyó en diversos campos de reflexión como la filosofía de la historia, la estética y la ética social”. (Busca Biografías , 1999).

A mi parecer la iglesia o la religión es utilizada por el estado como un instrumento de control. Refiriéndome a que el estado o el gobierno de un país utiliza la religión como una herramienta con la cual puede controlar a sus ciudadanos. Mantenerlos tranquilos, a raya, que no causen revueltas o incluso que no sean activos participantes de la democracia o que no exijan sus derechos o que se haga justicia en los casos en que el gobierno hace cosas que deben ser castigadas por la ley. 

Mi primera base o fundamento para expresar esto sería mi experiencia personal. Asisto a una iglesia cristiana evangélica. Cada vez que las elecciones presidenciales se acercan se crea la polémica de ¿por quién debemos votar los creyentes? ¿debemos votar? La respuesta siempre es la misma. “Voten por quien usted piense que es el mejor candidato, use su voto”. Sin embargo, ¿qué sucede cuando ningún candidato parece apropiado? O ¿cuándo evidentemente ocurre un fraude electoral? Bueno, se expone que nosotros como creyentes no debemos protestar ni rebelarnos en contra de nuestras autoridades. Se hace uso de la Biblia para decirnos que no debemos involucrarnos en la política. Conozco que no es solo en la iglesia a la que asisto, sino que también es un pensamiento muy acogido dentro de la religión cristiana, los creyentes no se involucran en la política. 

Se podría decir en contra de mi experiencia que los creyentes deben orar y respetar a las autoridades ya que éstas son establecidas por Dios y que deben mantenerse alejados de estas situaciones de “conflicto”, pero no es así. Como ciudadanos que pertenecemos a un país debemos ser partícipes de la elección de nuestros gobernantes y protestar en contra de la violación de nuestros derechos y de la corrupción. 

En la Biblia, Dios sí dice que oremos por nuestras autoridades, pero no habla de cerrar los ojos ante la injusticia y no actuar. Citando a Pablo en la primera carta a Timoteo en su capítulo 2 jamás dice que no se deba actuar y solamente orar por ellas. “En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos. Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad. Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad…” (1 Timoteo , 2010). No habla de la oración y la acción como elementos separados como muchos creyentes alegan. No habla de ir a sus casas a orar por la situación del país y esperar tranquilamente en la comodidad de sus hogares a que la corrupción y la injusticia que existe en el país se resuelva como por arte de magia. 

Inclusive Jesús actuó para cambiar lo que estaba mal y lleno de corrupción en el mismo templo de Jerusalén ya que se lucraba con los sacrificios. Se comenzó a convertir en un mercado y la gente vendía los animales para los sacrificios y cambiaba monedas dentro del templo. El pasaje referenciado es Juan capítulo 2: “Vio que en la zona del templo había unos comerciantes que vendían ganado, ovejas y palomas para los sacrificios; vio a otros que estaban en sus mesas cambiando dinero extranjero. Jesús se hizo un látigo con unas cuerdas y expulsó a todos del templo. Echó las ovejas y el ganado, arrojó por el suelo las monedas de los cambistas y les volteó las mesas…” (Evangelio según San Juan, 2010).

El segundo argumento en el que baso mi postura es que el estado utiliza la religión para manipular a la gente a su conveniencia torciendo las enseñanzas de la Biblia, el libro que rige la forma de vida de los creyentes. Haciendo referencia a que se pone a la iglesia o la religión como excusa o justificación para hacer cosas con intereses políticos o económicos los cuales no son nada piadosos. Para llevar a cabo estas cosas se utiliza a los ciudadanos creyentes o seguidores de la iglesia muchas veces porque son engañados. 

Como ejemplo podemos ver el hecho histórico que toma lugar en la Edad Media en Europa y el Medio Oriente, las cruzadas o la guerra santa. Los turcos habían conquistado Jerusalén, la tierra santa. Los cristianos europeos se levantan en una guerra en contra de los musulmanes para recuperar Jerusalén. Sin embargo, ¿cuáles fueron sus motivaciones? Hubo muchas motivaciones explícitas y ocultas también. El Papa a través de la iglesia le comunico a sus fieles seguidores que debían recuperar la tierra santa sin importar que les costara la vida. Los intereses ocultos fueron políticos y económicos. El imperio bizantino estaba siendo conquistado por los turcos y pidieron auxilio del Papa. Si esta guerra “santa” se ganaba, entonces se tendrían tierras, gloria, mucha riqueza y para algunos la liberación del sistema feudal que los oprimía. (Manuel Narrea, Daniel Terry, Andrés Alfaro, Plácido Díaz, Augusto Benavides, 2009).

Por último, La religión es utilizada por el estado para distraer y manejar a los ciudadanos cuando las cosas no andan bien. Es decir, los convence de no rebelarse en contra de las autoridades o incluso de la clase social alta, o de no exigir que se respeten sus derechos o pedir que se haga justicia de parte del estado. 

El filósofo alemán Georg Hegel decía que la religión y el estado tenían una relación de reconciliación y además que la religión era el principio en el que debían basarse las leyes propuestas por el estado. Un ejemplo de esto es su postura acerca de Jesucristo, quien representa la unidad entre lo divino y lo humano y que como el hombre existe, Dios existe. Por esta razón el hombre tiene valor por el simple hecho de ser hombre. Vemos claramente como los derechos humanos y las garantías individuales se basan en este principio que el hombre tiene valor o derechos por el simple hecho de ser hombre. (La Guía, 2008)

Por otro lado, Karl Marx expresa que la religión es una manera de distraer al hombre. Ya que esta presenta un mundo sin dolor, sin corrupción, lleno de alegría y descanso, hace que el hombre mire eso como una esperanza o como un escape al mundo en el que vivimos que es totalmente opuesto, lleno de injusticia, opresión y maldad. De esta manera el hombre no hace nada por cambiar el mundo en el que vive porque está pensando en el mundo al que llegará después de su sufrimiento aquí. Para Marx es la religión la que adormece el sentimiento de rebelión en contra del estado o la clase opresora. Marx también decía que la religión tomaba partido por la clase dominante, la clase alta, con intereses ocultos para recibir beneficios.  

Estoy de acuerdo con Marx en estas ideas. En realidad, el estado si utiliza la religión como una manera de desviar la fuerza de los ciudadanos en imaginar un mundo feliz y sin dolor con el fin de que no se esfuercen por cambiar el mundo en el que viven. De la misma manera hay varios ejemplos en los cuales se puede observar como el estado ha manipulado a los ciudadanos a través de la iglesia. (Olleta, 1997)

El primer ejemplo sería México en el periodo del porfiriato. El gobierno de Díaz estableció iglesias o capillas en todas las haciendas con sacerdotes obligados a compartir información “sagrada” entre los campesinos, el sacerdote y Dios como las confesiones en beneficio de los hacendados. De la misma manera se predicaba acerca de no hacer cosas en contra de sus patrones por qué era pecado y era castigado por Dios. Entre otras muchas cosas más que la iglesia participó del lado del sector de clase alta en el país en ese tiempo a pesar de sus deberes espirituales establecidos por su libro sagrado para con la gente del pueblo.

Otro ejemplo es la iglesia evangélica en la Alemania nazi. En el tiempo del régimen nazi la iglesia evangélica debía apoyar el régimen y sus principios. Ante esta situación la iglesia se dividió en una lucha religiosa entre los cristianos alemanes y la iglesia confesionista. Los cristianos alemanes aceptaron las ideas del nazismo, en contraste con la iglesia confesionista que era leal a su Dios y a las escrituras antes que al estado. El régimen nazi castigó severamente a los seguidores de la iglesia confesionista con la muerte o condena en los campos de concentración. (Holocausto, s.f.)

En conclusión, la religión es utilizada como un instrumento de control por el estado. No solamente en nuestro país, sino en todos los países. Se utiliza para alcanzar beneficios políticos y económicos. Se manipula a los individuos para hacer aquello que al estado mejor le convenga. Es utilizada como una distracción para que los hombres no centren su fuerza en cambiar el mundo corrupto y opresor en el que viven, soñando con una ilusión lejana. 

Llevo toda mi vida asistiendo a una iglesia evangélica, tengo cientos de conocidos de otras agrupaciones cristianas y el discurso siempre es el mismo. Los cristianos no deben estar involucrados en la política, eso no nos corresponde como creyentes. Nuestra única responsabilidad es orar por las autoridades corruptas e injustas que gobiernan nuestro país desde nuestra casa y eso es suficiente. Esperemos a que la magia ocurra. No hay porque protestar en contra de la injusticia, el abuso y la opresión de nuestra gente. 

“El silencio ante el mal es en sí mismo el mal. Dios no nos tendrá por inocentes. No hablar es hablar. No actuar es actuar” 

–Dietrich Bonhoeffer, líder de la iglesia confesionista alemana ejecutado en la horca por el régimen en abril de 1945.