martes, 30 de agosto de 2016

Tres poemas acerca de tu sobrinito, tu primito, mi hermanita

El niño y el pobre

Te vi y no me di cuenta, querido,
Te acercaste pidiéndome un peso, dolido,
Y yo te dije que no, no quise,
No quise darte ni un peso, ¿¡qué hice!?

¿Para qué te busco en una iglesia?
¡Si te tengo en frente cada día!
¿Por qué no te abracé y te cargué?
¡Ni siquiera un taco te pagué!

¡Perdóname, amigo amado!
¡Cada día soy tan malvado!
¡Ayúdame, maestro querido!
¡A seguir tu camino andado!



Lo que piensa el profesor

Sentado entre ellos,
No es fácil entenderlos;
También tienen sentimientos,
No importa que sean pequeños.

Me dijo el maestro claramente,
Que fuera como ellos, un infante,
Confían sin dudar, plenamente,
Corazón puro, mente feliz e inocente.

Es difícil no menospreciarlos,
Son dependientes y débiles.
Muchas veces parecen dementes,
Con sus risas y gritos estridentes.

¿Así nos miras, buen Señor?
¿Te desesperas y se te acaba tu amor?
¿Te enoja que sigamos teniendo temor?
Sin duda, ¡en ti nunca hay error!
¡Porque soy sólo un niñito, un menor!



Lo que siente el profesor

¿Se darán cuenta de cuánto los quiero?
¿De cómo se me derrite el corazón al verles?
¡Ojalá no lo descubran pronto, eso espero!
Para que no me manipulen mis escuincles.

Ellos nunca dejan de sorprenderme,
Cada día tienen algo nuevo por decir,
De la risa, creo que quieren matarme,
Mentes geniales, ¿de dónde pudieron salir?

¿Verán, sus papás, lo valiosos que son?
¿O es que yo paso menos tiempo con ellos?
Espero que los animen y abracen un montón,
Espero amen y tengan tiempo para sus hijos.

En sus manitas tienen el futuro,
Con sus pies forjarán el porvenir,
Tendrán que trabajar muy duro,
Decidirán, de nuestra historia, el devenir.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¿Tienes algo que decir? ¡Quiero escucharlo!